Celebramos el Orgullo Friki: 10 Momentos que Tú También Has Vivido

Feliz día del Orgullo Friki, hermanos y hermanas. Atrás han quedado esos días en los que «ser friki» estaba terriblemente mal visto, era casi un insulto, un «cómo puedes ser tan rarito». Hoy en día parece que quien no es «friki» de algo lleva una vida demasiado aburrida, sin emoción.

Al menos, sin esa emoción que los que celebramos este día conocemos. Esa emoción que viene unida a momentos que sólo nosotros experimentamos y de los que hoy hablamos con satisfacción y, claro que sí, con mucho orgullo. Porque, en realidad, desde hace mucho tiempo cada día es el día del orgullo friki.

Emilia Clarke, Poderosa con sus Desnudos

Cada día compartimos con libertad nuestras pasiones y esos gustos que hace tiempo hubiéramos mantenido ocultos para evitar esa palabra, «rarito», que tan mal queda. Hoy celebramos todo esto y lo hacemos con la cabeza bien alta.

Y si estás aquí, en estos momentos, es porque tú también sabes de lo que hablamos. Tú también sabes lo que es que te llamen «friki» por algo y sabes lo que es sonreír porque, sinceramente, ya te importa poco. Si te sientes identificado con alguno de los momentos de los que vamos a hablar: bienvenido. Oficialmente, estás dentro de este universo tan maravilloso. ¡Feliz día del orgullo friki!

1. Celebras el estreno de esa película que llevas esperando tanto tiempo o de ese capítulo que estabas deseando que saliera como si te fuera la vida en ello. Vas al cine perfectamente equipado: con los apuntes aprendidos, dispuesto a conversar con tu compañero de butaca al que no conoces de nada y camiseta para la ocasión, que se note. Y que nadie te moleste cuando estás viento ese capítulo; no saben las consecuencias que puede tener eso. Luces, cámara… ¡y a disfrutar!
2. ¿Qué nos decís cuando, un día cualquiera, encuentras por la más maravillosa de las casualidades esa película que tanto adoras en la televisión? Corres a por tu móvil, informas a toda tu comunidad del evento y lo conviertes en tendencia en Twitter, porque una de las mayores satisfacciones que hay en la vida es poder comentar ese film que tanto adoras con personas que lo adoran tanto como tú.
3. Ni qué decir tiene que cuando uno va andando tranquilamente por la calle y se encuentra con un elemento directamente relacionado con ese fenómeno que tú sigues de forma incondicional lo mínimo que se puede hacer es detenerse y admirarlo. Y si te gusta mucho, detenerte más de la cuenta. Sacar un par de fotos y asentir orgulloso: tú sabes todo de ello.
4. ¿Y qué hay de ese precioso momento en el que te cruzas con una persona completamente desconocida que porta una camiseta con un símbolo que reconoces al instante pero que nadie más hace? ¿Qué hay de esas sonrisas de complicidad que os dedicáis? ¡Maravilloso!
5. Pero no hay nada mejor que acudir a un evento dedicado única y exclusivamente a eso que tanto amas. Las reuniones con tus hermanos y hermanas, compartir experiencias, aficiones, comentarios de ese último cómic que conseguisteis in extremis y que todavía no habéis podido dejar de leer… Presumir del cosplay que con tanto mimo habéis preparado para la ocasión, admirar el del resto y tomar ideas porque, por supuesto, esa no es la última convención a la que asistirás.
6. ¿No tienes dinero? Ah, el eterno problema. ¿Cuántas veces has estado ahorrando durante interminables meses porque sabes que se avecina algo importante? ¿Cuántas veces has contado los segundos que quedaban para ello? Ese es otro de los problemas, ¡el tiempo pasa muy lento cuando necesitas que ese día llegue ya! ¿Cuánto esperamos por ese Episodio VII? ¡Siglos enteros! ¿Y para ese Batman vs Superman? ¿Y para la guerra civil entre Iron Man y Capitán América? Nos hemos hecho viejos esperando. ¡Y queda mucho más! Lo que nos remite al primer problema… ¿de dónde sacar el dinero?
7. No sabes de dónde sacar el dinero pero sí eres consciente de que tu habitación podría formar parte de cualquier escenario de promoción. Fotografías exclusivas impresas a tamaño real, más cómics que estanterías, Funko Pops que forman parte de tu familia o entradas de cine que no piensas tirar por nada del mundo. ¿Una habitación o un templo? No está claro.
8. Uno de los aspectos más complicados de ser friki -además del dinero y del no-paso del tiempo- es, sin duda, la incomprensión. Estás con tus amigos de siempre y haces una broma tremendamente divertida relacionada con uno de tus momentos favoritos de esa serie que adoras y se hace el silencio; sabes que lo aplaudiría medio Twitter pero ellos no te entienden. Haces una referencia majestuosa delante de tu familia sobre ese último capítulo de Juego de Tronos pero no tienen ni la menor idea de a lo que te estás refiriendo. Ni qué decir tiene que utilizar el saludo vulcano puede hacer que te miren como si estuvieras loco aquellos que no tienen ni idea de por qué separas los dedos de esa forma… En fin, ¡muggles!
9. «¿Harry Potter? Eso es para niños, ¡crece de una vez!». «¿El Señor de los Anillos? Demasiado largas, ¡qué aburridas!» «¿Pero Star Wars no había acabado ya?» «¿En serio lees cómics? Qué infantil, ¿no?». Frases que todos hemos tenido que escuchar, por X o por Y. ¿Qué debe hacer uno ante una situación así para evitar convertirse en Hulk y arrasar con todo? No tenemos la respuesta, lo sentimos, pero sabemos que tú también lo has vivido. Y también eso lo sentimos mucho. Otra vez, ¡muggles!
10. Por desgracia, todavía hay gente que sigue utilizando la palabra «friki» como insulto. Como si eso nos afectara. Como si por la tremenda ofensa a la que nos hemos visto sometidos fuéramos a cambiar nuestros hábitos, nuestras aficiones, nuestras pasiones. Oh, sí, estamos llorando por tu comentario. Espera, que vamos a secarnos las lágrimas.

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