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El Amor No Es Comercial

¿Eres de los que piensas que el amor se debe celebrar los 365 días del año? ¿Estás a favor del día de San Valentín? O por el contrario ¿Estás totalmente en contra de este día oficial? Entra y enamórate de verdad…

por Mr. Happy

Ayer fue el día del amor, el día de San Valentín, el día de los enamorados…o como quiera que lo llaméis. Quizás no es el momento idóneo para reflexionar de lo que fue el día de ayer pero después de ver lo que significa esta fecha para la gente de mi alrededor, no me faltaron ganas de sentarme frente a este ordenador para sacar conclusiones.

Aún no sabemos a ciencia cierta si el día de San Valentín nació en unos grandes almacenes que tenían como objetivo aumentar sus ventas o si sus orígenes se remontan a la época de la adoración al dios del amor o al famoso Cupido.

Muchas son las teorías que hablan de su origen pero ninguna parece estar lo suficientemente confirmada. Pero lo que si tengo claro es que el día oficial de los enamorados se ha convertido con el paso de los años en una mera estrategia de marketing que beneficia únicamente a multitud de negocios. Y recalco «únicamente» porque a nosotros nos deja con el bolsillo bastante pelado.

El día del amor ha pasado de ser un día especial a ser un día obligatorio. Que no se le ocurra a tu pareja olvidarse del 14 de febrero o mucho peor…no regalarte nada. Porque ese día puede que sea el fin del mundo o por lo menos el fin de su mundo. Y es que es verdad que el amor se demuestra todos los días pero ¿a qué persona no le gusta que le hagan regalos? ¿a quién no le gusta recibir rosas o bombones? No nos hagamos los locos…a todos nos gustan las demostraciones de amor y cariño, y los detalles. Pero ya no nos conformamos con una rosa. Ahora es mejor un viaje, un spa o una cena en el restaurante más lujoso de la zona. Y el amor no es eso que se nos vende. Y he ahí donde radica el verdadero problema de este día.

No tenemos que conducir el día del amor a un día basado en un consumo irracional e insostenible porque la consecuencia no va a ser otra más que una comercialización de las relaciones y los sentimientos. Y el amor no es comercial. El amor no debe comercializarse. Y aunque las empresas nos intenten mostrar que es necesario comprar para contentar y que además debemos de hacerlo por todo lo alto, nuestro deber es hacer oídos sordos y quitar la mirada de esa pésima publicidad que nos abruma la vista.

Regalemos palabras de amor, regalemos sonrisas, besos o abrazos. Una carta en la cama, una rosa en la mesa o una visita inesperada. No solo a nuestra pareja sino también a todos aquellas personas especiales en nuestra vida. Aquellas que están con nosotros en nuestro día a día y que recorren el camino de la vida sujetando nuestra mano. Pero, por favor, no fomentemos un consumismo absurdo. El amor está en los pequeños detalles. No perdáis la esencia detallista del amor.

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