Greta Gerwig, la directora que apareció cuando todos la esperábamos

Cuesta mucho decir que Greta Gerwig es la quinta mujer que ha conseguido ser nominada en la categoría de Mejor Dirección en los Premios Oscar, pero nos vemos obligados a empezar de esta manera para que se entienda la gravedad del asunto. Esto no se debe, evidentemente, a que las mujeres tengan menos talento que los hombres detrás de las cámaras ni tampoco se debe a que tengan menos interés por esta parte de la industria cinematográfica: es, exclusivamente, una cuestión de falta de oportunidades.

En los últimos meses, se ha hablado mucho de este asunto, por fortuna, aunque por desgracia porque ojalá no fuera necesario. En cualquier caso, las mujeres de Hollywood, cineastas de todo tipo, se han alzado contra los abusos de la industria y de algunos hombres poderosos a los que se ha empezado a señalar con nombre, apellidos y con el dedo índice, para que se les vea bien.

En un momento en que la discusión sobre el papel de la mujer en el cine está más vivo que nunca, ha aparecido Greta Gerwig. Ha aparecido para demostrarnos a todos el talento que tiene, para demostrarnos que una mujer es capaz de contar historias de mujeres de otra manera y como es necesario y para demostrarnos que es el momento de acabar con los estúpidos prejuicios, las injustas injusticias y todo lo negativo que ha acompañado a la mujer desde siempre.

Greta llega en el momento perfecto porque es el ejemplo perfecto de dos cosas. En primer lugar, al repetirse hasta la saciedad de que se trata de la quinta mujer en la historia en ser nominada en esta categoría, se evidencia que esa falta de oportunidades no es un invento. En segundo lugar, es el ejemplo de que el talento detrás de una cámara no tiene nada que ver con la identidad de género de las personas, tiene que ver con el talento y punto. A ella se han acogido todas las mujeres del mundo, porque es el ejemplo de que se puede.

¡Y tranquilidad! Esto no significa que ‘Lady Bird’ tenga que ser necesariamente la película favorita de todas las mujeres del mundo solo porque sus responsables sean mujeres. A mí me gustó más ‘El hilo invisible’, por ejemplo, pero lo que de verdad me gusta es empezar a ver cómo las cosas están cambiando. Poco a poco, eso sí.