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Iron Man, el principio de todo

A diez días de que se estrene ‘Vengadores: Infinity War’, hacemos un repaso del héroe que lo inició todo: Iron Man. Su trilogía, el personaje, las contradicciones que éste tiene y una historia que nunca olvidaremos, porque fue con la que empezamos.

por Mr. Happy
Iron Man, el principio de todo
Iron Man, el principio de todo

Con ‘Iron Man’ empezó todo. El Universo Cinematográfico de Marvel se presentaba ante el mundo con una súper-producción hace ya diez años. ‘Iron Man’, estrenada en 2008 con Robert Downey Jr. como protagonista y Jon Favreu como director, fue la primera piedra de esta gran construcción de la que todos seguimos disfrutando una década después. Con ‘Iron Man’, entendimos, asumimos y admiramos lo que significa ser un superhéroe para todo el planeta.

Fue una gran presentación. Tony Stark, un multimillonario que se dedica a la fabricación de armas, cambia radicalmente su (infeliz) vida tras enfrentarse a un acontecimiento inesperado, traumático y catastrófico. Parece que su pasado lo mira por primera vez a los ojos y Tony, aunque avergonzado y culpable, no aparta la mirada: se convierte en el Hombre de Hiero. Y nace el héroe.

Nos quedó claro lo que íbamos a encontrar en él en el momento en que se negó a negar su identidad. Él era Iron Man, y el mundo entero no solo debía saberlo sino que merecía hacerlo. La sonrisa final de Robert Downey Jr. todavía hace que nuestros corazones latan con fuerza. Después de ‘Iron Man’ -intensa, entretenida, un golpe de frescor en aquellos años- llegó todo lo demás.

‘Iron Man 2’ no está a la altura de su predecesora, es algo en lo que la mayoría estamos de acuerdo. Menos original, peor llevada, más llena de tópicos que creíamos haber dejado atrás. Dado el cariño que ya había surgido por el personaje, por su historia, por lo que representaba, jamás podremos verla como una mala película, pero es peor que todo lo que hubo antes y lo que vino después. La buena noticia es que teníamos a Tony Stark de vuelta, y que de nuevo nos hizo comprender algo: no solo íbamos a tener cosas que explotaban y un par de buenas escenas de acción, íbamos a topar de frente con un personaje complejo y bien construido que era mucho más ser humano de lo que nos pensábamos. Y mucho más que un traje.

De esto va ‘Iron Man 3’, la tercera de la trilogía dedicada a quien inició todo. Para muchos, esta película es un error, casi una infamia. Comparto con esas personas una sensación de vacío tras su fin: la que me quedará para siempre por no haberme atrevido a aplaudir en mi butaca de cine cuando concluyó. ‘Iron Man 3’ no solo es la película más madura de las tres -ya se iba notando todo lo que Marvel realmente estaba cociendo-, es además una gran película.

Tony Stark deja el traje a un lado y es él quien, en este caso, mira a los ojos al espectador para decirle lo siguiente: es humano. Y ha vivido demasiado. Tiene estrés postraumático, sufre ataques de pánico, ataques de ansiedad (¡hola, los problemas psicológicos están ahí, dejad de hacer como si no existieran!) y sigue sin poder conectar del todo con las personas que tiene a su alrededor. No sabe bien cómo hacer las cosas, porque es demasiado peso el que tiene sobre sus hombros, pero está dispuesto a hacerlo lo mejor que pueda, porque es un héroe.

Esta complejidad a la que nos referimos ha llevado a muchos a tacharle de villano. Tony Stark es una persona ciertamente contradictoria en algunos sentidos y no siempre ha acertado con sus decisiones, pero no os dejéis llevar por lo fácil. Analizadlo, no os quedéis en la superficie. Recordad detalles, apreciadlos cuando nos los regalan. Si trata de crear a Ultron, pensad por qué está haciendo lo que está haciendo. No es egoísmo, ni tampoco es soberbia: es necesidad de protección. De ayudar. De colaborar como mejor se le da con ese equipo increíble de personas que tiene a su alrededor. ¿Es un error? Puede. ¿Lo convierte eso en villano?

Los defectos de Tony Stark se advierten con demasiada facilidad, pero que éstos no empañen unas virtudes que las películas nos muestran con más sutilidad y menos pomposidad pero que son infinitamente más relevantes. Cuando Capitán América le reprocha que jamás se tendería sobre un alambre para que sus compañeros pasen por ella, Tony le explica que él cortaría ese alambre porque es esa clase de héroe. Sí se sacrifica, al contrario de lo que muchos piensan (¿es que no han visto ‘Los Vengadores’?), pero lo hace a su manera. No es el héroe perfecto al que estábamos acostumbrados, pero ¿es que no somos capaces de aceptar y valorar algo más complejo?

Gran parte de culpa del éxito de Iron Man, de la trilogía y del personaje, la tiene Robert Downey Jr. Aunque nos parezca poco menos que una locura, su elección fue cuestionada y no eran muchas las personas que confiaban en él. Ahora no hay dudas. Hace unos días, los hermanos Russo -directores del UCM- aseguraron que no tiene reemplazo en este universo. Es imposible. Y nadie lo quiere. Robert Downey Jr. le ha dado a Tony Stark el carácter, el carisma, la sensibilidad y la fuerza que necesitaba este personaje. Él lo sabe, y todos le permitimos que se lo crea un poquito.

Porque Iron Man lo inició todo. Este personaje diferente, complejo, algo difícil si queréis, pero tremendamente fascinante y magnético, fue quien lo inició todo. Y qué inicio. Fue tan bueno que aquí seguimos.

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