‘Juego de Tronos’: Esta es la escena que le prohibieron leer a Maisie Williams

‘Juego de Tronos’ está considerada como una de las mejores series de la historia, quizá incluso la mejor, pero para muchos es algo intensa, demasiado fuerte para todos los públicos. Desde el primer episodio, la ficción de HBO basada en las novelas de George R. R. Martin, nos trae escenas cargadas de violencia y de contenido sexual explícito, algo que en un principio sorprende pero a lo que ya todos estamos acostumbrados.

Sin embargo, ese primer contacto con la serie y con estas dos señas de identidad de la misma no ha sido del todo satisfactorio para todo el mundo. De hecho, son muchos los padres que han prohibido a sus hijos ver ‘Juego de Tronos’ precisamente por su alto contenido sexual y violento. Una situación que ha tenido que vivir una de las actrices protagonistas de la propia serie.

Hablamos de Maisie Williams, actriz que da vida a Arya Stark en la pequeña pantalla. Aunque ahora es una mujer adulta, en su día, cuando comenzó su aventura en la serie, tan solo tenía 14 años. Este fue el motivo por el que sus padres quisieron protegerla lo máximo posible, prohibiendo incluso que leyera algunas escenas en las que no aparecía y que, por tanto, no necesitaba conocer.

Así lo ha explicado la británica en una entrevista concedida recientemente a ‘The Australian’. En este medio aseguran que Maisie ha comentado cómo sus padres decidieron que no debía leer la escena de la primera temporada en la que dos mujeres hacen una especie de audición para entrar al burdel de Meñique. Sin duda, una de las escenas con más contenido sexual de los primeros compases de la serie.

Maisie Williams no fue la única que vio cómo esa escena le era vetada, sino que también su compañera y amiga Sophie Turner, Sansa Stark en ‘Juego de Tronos’, tuvo que quedarse sin leerla. Sus padres, entendiendo que aún eran demasiado jóvenes para según qué contenido, decidieron prohibirles esa lectura, ya que ninguna de las dos aparecía en esa secuencia.

Eso sí, Williams ha asegurado que aunque en pantalla las escenas de violencia, por ejemplo, se vean bastante tremendas y lleguen incluso a atemorizar al espectador, todo cambia cuando estás rodando. «He formado parte de la mayor parte de lo ‘gore’ y no es tan aterrador cuando lo estás grabando. No le están arrancando a nadie la cara de verdad. Así que en realidad es bastante emocionante».