La última petición de Finn Wolfhard (‘Stranger Things’) vuelve a demostrar que la sexualización de los protagonistas de la serie ha ido demasiado lejos

El planeta entero ha recibido un gran regalo con ‘Stranger Things’. No sólo estamos hablando de una de las mejores series de la historia, sino también de uno de los repartos más espectaculares que se han conocido en estos últimos años. Y es que no hay absolutamente nadie que no brille en la producción de Netflix.

Si tenemos que destacar a alguien, es evidente que no podemos hacer otra cosa que pensar en los niños, en los protagonistas indiscutibles de la serie. Pequeñas estrellas de entre 13 y 16 años que han sabido dejarnos sin palabras en escena, pero que también han sido capaces de conquistarnos con su naturalidad fuera de las cámaras.

Sin embargo, parece que lo de cuidar los regalos no es lo nuestro. A estas alturas ya conocerás el terrible fenómeno que ha surgido en torno a ‘Stranger Things’, es decir, la sexualización de sus protagonistas. Si ninguna persona debería ser objetificada, en el caso de un niño es directamente impensable.

Pues bien, estamos viendo cómo, al parecer, hay quien se cree con derecho a esto y a acabar de un plumazo con su infancia, una infancia que, sin duda alguna, ya está siendo muy diferente a la que hemos conocido la gran mayoría. Y esto es algo que no están dispuestos a tolerar, como hemos visto en el caso de Finn Wolfhard.

El actor canadiense, que se encarga de dar vida a Mike en ‘Stranger Things’, ya ha comentado hace un tiempo que se siente asqueado ante los comentarios que escucha sobre sus compañeros de reparto y sobre sí mismo, y ahora ha querido hacernos a todos una petición. Finn ha pedido que dejemos de referirnos a él como ‘daddy’.

"a cualquiera que está viendo esto y que es un fan: eres genial, pero por favor dejen de llamarme daddy, es muy raro"
finn tuvo que PEDIR que le dejen de decir daddy, espero que lo entiendan de una vez pic.twitter.com/UT9WFSQqLs

— flor (@OVERAGA1N) 13 de noviembre de 2017

No hay nada más que añadir. Que un niño de 14 años tenga que pedir públicamente que dejemos de utilizar un término con estas connotaciones para referirnos a él demuestra que hemos ido demasiado lejos, que ha llegado la hora de frenar esto. ¿En qué momento comprenderemos que no tenemos derecho a hacer esto?