Supervivientes 2017: Laura Matamoros, al Borde del Desmayo, Sufre una Bajada de Tensión

Supervivientes 2017 está siendo toda una experiencia para todos los concursantes. Está claro que están pasando por situaciones buenas pero, también, por momentos totalmente extremos. Algo así ha ocurrido con Laura Matamoros puesto que ha vivido los peores minutos de su aventura.

La hija de Kiko Matamoros estaba tumbada en la arena bastante mareada. Alejandro, al verla, no dudó en acercarse a ella para ayudarla en todo lo posible. Laura asegura que solamente es una bajada de tensión y que en unos instantes estaría mejor, que no se preocupara. El modelo, aún así, se quedó a su lado para cuidarla.

Minutos después, Alejandro Caracuel se reunió con José Luis y Paola para contarles su preocupación por Laura Matamoros. La italiana no le dio la más mínima importancia a la situación y aseguró que todos estaban así, que no era nada especial. Alejandro insistió en que vio a la hija de Kiko Matamoros bastante mal.

Juan Miguel, al ver a Laura, se acercó hasta ella para darle un pequeño masaje en la cabeza y así conseguir que se relajara un poco. En el rostro del peluquero podíamos ver una fuerte preocupación, tanto es así que incluso se le escapó alguna lágrima.

Alejandro Caracuel volvió a situarse al lado de Laura Matamoros para estar con ella y ayudarla en lo que necesitara. A pesar del distanciamiento que estaban viviendo ambos, al fin y al cabo, están ahí el uno para el otro y ha quedado más que demostrado. Esto no le ha gustado para nada a Alba Carrillo puesto que comentó con Juan Miguel lo siguiente: ‘Viene ahora a hacer la ‘pantomima’ de que se preocupa después de todas las puñaladas traperas’. ¡Madre mía!

Cuando Laura Matamoros empezó a encontrarse algo mejor, fue cuando Alba Carrillo y Juan Miguel acudieron a su lado para arroparla y ayudarla a incorporarse. Lo que está claro es que cuando alguno de los concursantes necesita ayuda quedan a un lado todos los malos rollos. Al fin y al cabo todos están en las mismas condiciones y, en situaciones así, siempre es bien tener gente así a tu lado. ¡Viva el compañerismo!