Thor, qué bueno que por fin llegaste

Thor fue el siguiente superhéroe en llegar al Universo Cinematográfico de Marvel, tras Hulk y Iron Man. Corría el año 2011 y todos estábamos expectantes. Al fin y al cabo, pocos héroes se presuponen más emocionantes que el Dios del Trueno. Chris Hemsworth parecía una buena apuesta como protagonista, aunque tampoco nadie se atrevía a asegurarlo, y la película quedaba en manos de un reconocido cineasta como es Kenneth Branagh. Las expectativas estaban altas.

Y no cumplió. ‘Thor’, la primera película de la trilogía, fue un principio desacertado, a pesar de que había buena predisposición a recibirlo. Aunque efectiva en ciertos aspectos, entretenida y correcta en la presentación de los conflictos, no dio con la fórmula en su desarrollo y resolución. ‘Thor: El mundo oscuro’ fue poco menos que un desastre y comenzó a hacerse popular una sensación que se extendió con rapidez y que no favorecía a estas historias.

Pasamos a hablar de Loki. El hermano de Thor fue planteado como co-protagonista, como un compañero de Thor y en la mayoría de las secuencias como una especie de antagonista-aliado de esos que tanto gustan al espectador. Pero sucedió lo peor que le podía suceder a Thor: Loki terminó siendo el gran nexo de unión entre el público y Asgard, aunque no fuera siempre en el buen sentido.

El personaje interpretado por Tom Hiddleston de forma brillante se convirtió en el protagonista de estas historias, sin quererlo, porque era quien de alguna manera las salvaba. Un personaje complicado que nos fascinó en la primera y nos terminó de conquistar en la segunda, con una participación estelar en ‘Los Vengadores’ como villano propiamente dicho (¿el mejor que hemos tenido?). Loki ha sido una gran estrella en este viaje, durante mucho tiempo la única que brillaba con suficiente fuerza. Ahora que parece que va a decirnos adiós, cuesta despedirse de él, pero la buena noticia es que, por fin, podemos quedarnos con Thor.

Porque llegó el Ragnarok para destruir Asgard y elevar al superhéroe al lugar que le corresponde. La película de Taika Waititi, estrenada en octubre del pasado año 2017, es el éxito que Thor merecía, aunque no sea un éxito unánime y aunque haya pasado más desapercibido que otros títulos, quizá porque el espectador ya había dejado de confiar en su universo. Pero Ragnarok funciona, de una manera que nunca hubiéramos podido imaginar. Funciona como conjunto y funciona en sus pequeños detalles. Thor funciona.

Sí, todos esperábamos y deseábamos grandilocuencia en quien antes que superhéroe es un dios, pero ha resultado que lo que necesitábamos precisamente era lo contrario. Es hora de aceptarlo. Un Thor más humano, más despreocupado, menos solemne, funciona. Lo que ha gustado de ‘Ragnarok’, y lo que gusta de este nuevo Thor, es que nos encontramos con un superhéroe más accesible en todos los sentidos y con una historia que nos llega con más facilidad. Habiendo quedado claro que no se daba con la tecla de la oscuridad que pretendían imprimirle a esta trilogía, había que apostar por la luz, por el color. Y el cambio vino bien, para la historia y para el personaje. ‘Ragnarok’ es una explosión de originalidad, diversión y épica, y Thor es por fin un superhéroe del público.

No quiero decir con esto que haya que renunciar a todo lo que significa su figura, ni tampoco a todo lo que significa Asgard y su deidad, lo que creo es que simplemente nos lo han querido presentar de una manera menos habitual. Y creo que es la manera correcta, porque ahora quiero irme de aventuras con Thor cuando antes lo observaba en la distancia con cierto recelo, acercándome como tantos otros a Loki. Ahora es cuando he entendido, cuando me han demostrado, que Thor es el verdadero protagonista. Y me gusta la idea.

Su papel en ‘Vengadores: Infinity War’ parece decisivo, y por primera vez desde aquel primer estreno lo espero mordiéndome las uñas. Espero su participación, sus truenos, su merecido protagonismo y todo lo que quieran ofrecerme. Ha costado, pero Thor ha llegado. Y qué bueno que lo haya hecho.