Tinet Rubira asegura que no hubo pactos en la expulsión de Amaia de ‘El Número 1’

La expulsión de Amaia durante su participación en ‘El Número 1’ en 2012, a día de hoy, sigue dando que hablar. En los últimos días ha generado, incluso, cierta polémica. ¿La razón? El cruce de versiones que ha existido entre la directora de la Academia, Noemí Galera, y el mánager de Mónica Naranjo, Óscar Tarruella.

Toda esta compleja situación comenzó con las declaraciones de Noemí Galera al asegurar que la participación de Amaia en ‘El número 1’ terminó por un pacto con sus padres y no por la decisión que tomó la propia Mónica Naranjo. ¡Lo que lees!

La directora de la Academia aseguró lo siguiente: «(…) Los padres estaban muy preocupados cuando vieron que iba sumando galas y, con ellas, las ausencias en el colegio. Recibía clases particulares mientras estábamos grabando en Barcelona, eso sí. Así que Tinet tomó una sabia decisión y pactó con sus padres la mejor salida para Amaia. (…) Para ello se utilizó la figura de Mónica Naranjo que lo hizo maravillosamente como lo hizo».

Óscar Tarruella, mánager de Mónica Naranjo, matizó estas declaraciones. Aseguró que la cantante fue la que comentó a Tinet Rubira que «Amaia no debía estar en un talent a su edad. Él respondió que tenía razón y que sus padres estaban de acuerdo y no querían que le perjudicara a su natural crecimiento y estudios».

Tinet, por su parte, ha querido explicarlo todo a través de un comunicado oficial: «Amaia pasó el casting de la primera edición de ‘El Número 1’ con 13 años. Siendo menor de edad, con el consentimiento de sus padres, Gestmusic puso en marcha el riguroso protocolo que vela por la contratación de menores en programas de televisión.»

A pesar de tener apoyo al tener un profesor personal, las notas de Amaia se resintieron. De esta manera, los padres tuvieron claro lo siguiente: «Lo primero son los estudios. Si en algún momento salía «nominada», que el jurado no fuera condescendiente con ella por ser menor. Abandonar el programa supondría un disgusto, pero era mejor no alargar su permanencia y menos a esas alturas del curso escolar». ¡Zanjado el asunto!