Operacion Triunfo

‘Operación Triunfo’: Caminando juntos, brillando juntos

Magia. Eso fue lo que se vivió el pasado viernes 29 de junio en el Estadio Santiago Bernabéu, en el que se dieron cita en torno a unas 60.000 personas para disfrutar de la música de los chicos de Operación Triunfo y de sus invitados más especiales. Así fue todo.

por Mr. Happy
‘Operación Triunfo’: Caminando juntos, brillando juntos

Podía ser su gran noche y lo fue. Un Estadio Santiago Bernabéu, que antes había visto desfilar por su césped a artistas de la talla de Bruce Springsteen, abarrotado de almas ilusionadas, dispuestas a disfrutar de la música y de la magia de 16 jóvenes que un año antes estaban tumbados en sus camas, soñando con subirse alguna vez a un gran escenario y escuchar al público corear sus canciones, esperó pacientemente hasta que unos acordes muy conocidos por todos por todos comenzaron a sonar y el cuerpo de baile se hizo dueño de las tablas. Como si de una gala de ‘Operación Triunfo’ se tratase, los protagonistas comenzaron a aparecer poco a poco, desatando la locura y encontrándose con una imagen que jamás olvidarían: en torno a 60.000 personas allí, por ellos.

Con la colaboración del mismísimo Raphael, las 16 almas, que están viendo su sueño cumplido, dieron inicio al que bien podría ser (hasta el momento) el concierto de su vida. Y es que, aunque están ya más que acostumbrados a cantar esas canciones sobre el escenario, a las presentaciones, a los cambios de vestuario, la noche del 29 de junio se respiraba un ambiente diferente, había más ilusión que nunca tanto en el público como en el escenario. Y cuando hay ilusión, las cosas sólo pueden salir bien.

Siguiendo el ritmo habitual de sus conciertos, con alguna que otra modificación, los 16 fueron tomando el escenario e interpretando los que ya son los temas más míticos de la edición. Los nervios y la presión de encontrarse en un lugar tan emblemático como el Bernabéu actuaron de la mejor manera posible y sacaron lo mejor de todos ellos, que se entregaron al 100% en cada una de las canciones, logrando que el público bailara, saltara, cantara y, por supuesto, se emocionara. Y esto es algo que ocurrió desde los primeros temas, como ese ‘Corre’ de Juan Antonio y Mireya, hasta ‘La Revolución Sexual’, en la que sólo se veían enormes sonrisas entre los espectadores.

Las colaboraciones con artistas como Pastora Soler, Luis Fonsi, Zahara o David Bustamante fueron de los grandes momentos de la noche, no sólo por la emoción de ver a ‘nuestros chicos’ compartiendo escenario con ellos, sino por lo que significa escuchar a una Nerea que brilla con la propia autora de la canción a su lado, a Aitana y a Amaia desgarrándose de la mano de la artífice de ‘Con las ganas’, a Ana Guerra con una seguridad abrumadora representando el futuro y, de nuevo, a una Aitana que no tiene absolutamente nada que envidiarle a Demi Lovato.

Pero aunque la presencia de estos artistas fue maravillosa y enormemente aplaudida, todos y cada uno de los 16 ex concursantes demostraron que son mas que capaces de brillar en solitario. Los afortunados que ya han podido lanzar alguna canción suya al mercado dieron cuenta de ello, probando que su música, la que ellos mismos han creado y construido, también puede hacer que un estadio entero se caiga. Algo que repitió el resto de artistas (porque además de ex concursantes, por encima de ello son artistas) con las canciones que ya bordaron durante su paso por ‘Operación Triunfo’.

Miriam, Cepeda, Roi y Mireya sintieron esa magia especial que se produce cuando miles de gargantas cantan algo que es tuyo, que sale de ti, una sensación única que, sin duda, también debió experimentar Alfred cuando el Bernabéu se iluminó en plena noche para su ‘Que nos sigan las luces’, una de las actuaciones más recordadas de la velada. Pero no fueron los únicos que lograron que el estadio se viniera literalmente abajo. Que se lo digan a Agoney, quien volvió a dejar a más de uno, de dos y de cien con la boca abierta tras su ‘Eloise’, en la que demostró por enésima vez que posee una de las voces más brutales que han aparecido en nuestro país en años.

Amaia y ese ‘Shake It Out’ que ya ha hecho suyo, Aitana entregándose a ‘Chandelier’, Raoul, su emoción y su talento en mayúsculas en ‘Million Reasons’, Nerea dejando claro que ha llegado para quedarse y que la potencia de su voz va a acompañarnos durante muchos años, Ana Guerra y Ricky poniendo en pie el Bernabéu con ‘La Bikina’ y ‘Let Me Entregan You’ respectivamente, Mimi, Marina, Thalía y Juan Antonio volviendo a demostrar su enorme evolución… No podemos quedarnos con una sola actuación y no podemos olvidarnos de ninguna de ellas, ni tampoco queremos hacerlo. Porque en esas más de dos horas de concierto se hizo historia, historia personal para todos y cada uno de ellos, pero también historia para cada persona que acudió a él y para la música de nuestro país.

Mención especial merecen el magnífico cuerpo de baile y la banda, que brillaron en ese segundo plano que siempre ocupan, pero sin el que nada sería posible. Quien acudiera al concierto estará de acuerdo en que fue un espectáculo completo, cerrado, en el que absolutamente todo era importante y básico. No fueron 16 personas cantando una detrás de otra, sino, como decimos, un espectáculo bien construido en el que los bailarines y los músicos tuvieron un importantísimo papel, básico, para que quienes tomaban el micrófono firmaran grandes actuaciones.

Muchos pensarán: ‘seguro que alguna pega hay’. Pero la noche del 29 de junio fue una noche de fiesta, de sueños cumplidos, de orgullo y emoción, de música con mayúsculas, y no merece la pena hablar de los insignificantes fallos que pudieron ser detectados. De hecho, sólo aquellos que fueran buscándolos los encontrarían. Quienes entraron al Santiago Bernabéu dispuestos a disfrutar de la magia de ‘Operación Triunfo’ salieron de él con los ojos iluminados por lo vivido, una sonrisa en el rostro y una serie de mensajes grabados en la mente y en el corazón: nadie debe cambiarnos (gracias, Thalía, por recordar que ser uno mismo es único), los sueños se cumplen y los armarios y las ataduras no deberían existir, seas mujer, hombre, homosexual, bisexual, transgénero, queer… Por la música. Por las metas por las que merece la pena luchar. Por el amor, por la libertad y por la visibilidad. Por las mujeres. Por vosotros, que habéis comenzado a caminar juntos y que brilláis con luz propia. Esta noche no vamos a olvidarla. Que sea la primera de muchas.

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