Crítica de ‘El corredor del laberinto: La cura mortal’, un final apoteósico

Dicen que lo bueno se hace esperar y parece que en esta ocasión el dicho se ha cumplido. Este mismo viernes 26 de enero llega a nuestros cines ‘El corredor del laberinto: La cura mortal’, la tercera entrega de esta saga que sorprendió enormemente con su primera película y se desinfló con la segunda. Ahora podemos decir que la adaptación cinematográfica de las novelas de James Dashner ha encontrado el broche final perfecto.

Como bien sabrás, el estreno de esta tercera cinta se demoró más de lo esperado por un accidente sufrido en el set de rodaje, en el que el principal afectado fue Dylan O’Brien, quien sufrió importantes lesiones en el rostro. Por momentos se llegó a creer que el actor estadounidense no volvería a meterse en la piel de Thomas y que, por tanto, no podríamos disfrutar de la última película de la trilogía. Y, sin embargo, lo hizo, cerrando la historia de la mejor manera posible.

Si bien es cierto que en ‘Las Pruebas’ todos sufrimos un tropezón, el ritmo de la historia se perdió en cierta manera y, sobre todo, sentimos que la esencia de ‘El corredor del laberinto’ se había quedado precisamente allí, ahora los espectadores salen del cine con la certeza de que todo ha remontado y de que, muy probablemente, acaban de ver la mejor película de la saga.

Aunque con un hilo argumental previsible hasta para aquellos que no han leído las novelas y un cierre no demasiado sorprendente, la película logra mantenernos a todos tensos desde el inicio y consigue introducirnos de nuevo en ese mundo distópico que nos atrapó en la primera y del que nos alejamos en la segunda, y ese es el gran triunfo de ‘La cura mortal’.

Durante poco más de dos horas, seguimos a Thomas, Newt y compañía en su intento por liberar a Minho y acabar de una vez por todas con CRUEL. Más zombies, más aventuras y, sobre todo, muchas más escenas de acción en las que, sin darte cuenta, acabarás trasladándote hasta el borde de la butaca, deseando ser uno más y ayudar en esa lucha contra el gran mal. Entre medias, amor, amistad, lealtad y perdón.

No estamos ante la obra maestra del año, es evidente, pero sí podemos asegurar que ‘El corredor del laberinto: La cura mortal’ ha encontrado la clave del entretenimiento, siendo un largometraje fácil de ver, que combina a la perfección momentos de acción y tensión con escenas reflexivas y que logra remontar una saga que cierra con muy buena nota.