Crítica de ‘Green Book’: el gran viaje de Viggo Mortensen y Mahershala Ali es la sorpresa del año

‘Green Book’ podría ser la sorpresa del año. Ya sabéis, esa película de la que no se habla tanto, pero que podría terminar llevándoselo todo. No os sorprendáis si termina pasando: sería merecido.

Se está llevando muchos reconocimientos en las diferentes ceremonias de premios que se han dado y se van a dar, y también en lo que respecta a acogida por parte del público. La crítica, los expertos, se ha rendido a esta película dirigida por Peter Farrelly, a quien conocemos por títulos como ‘Dos tontos muy tontos’ o ‘Algo pasa con Mary’. Es su primera en solitario, y parece que ha dado con la clave. Yo me sumo a todo esto: a la acogida por parte del público, a mi rendición como crítica (que no como experta) y a mi apoyo en las ceremonias de premios.

¿De qué va ‘Green Book’?

Retrocedemos hasta los años sesenta y recuperamos una historia real, en la que se inspira esta cinta. Tony Lip (Viggo Mortensen), un rudo italoamericano del Bronx, es contratado como chófer del virtuoso pianista negro Don Shirley (Mahershala Ali). El genio tiene por delante una gira de conciertos por el Sur de Estados Unidos, con lo más exclusivo de las diferentes sociedades, pero puede ser peligroso para él y para ello confía en “las artes” de Tony Lip en cuanto a chófer y guardaespaldas. Tony Lip, a su vez, se encomienda a ‘El libro verde’, una guía que reúne los escasos hostales seguros para afroamericanos.

Juntos, y a pesar de sus muchas diferencias, tendrán que afrontar este viaje en el que se enfrentarán al racismo, a los prejuicios, al clasismo y también a ellos mismos. Lo tendrán que afrontar con una promesa: no pueden fallar en ninguno de los conciertos.

¿Qué vamos a ver?

Partiendo de esta base, he de confesar que me costó entrar en la película. La sentí ligeramente desordenada en los primeros minutos, y llegué a pensar de algunas escenas que el guion se presentaba demasiado forzado. Supongo que a veces pasa, por diferentes motivos; tal vez entré en la sala de cine sin estar al cien por cien a ello o tal vez me costó conectar. Sea como fuere, ‘Green Book’ no tardó en atraparme. Lo hizo en cuanto el viajé comenzó.

Porque a partir de ahí, ‘Green Book’ tiene un ritmo fantástico al que uno quiere unirse, y creo que no se puede decir nada mejor de una película. Querer ser parte de ella, de alguna manera, como espectador, es la mejor señal del gran trabajo que se ha hecho.

‘Green Book’ es una delicia para un espectador con ganas de disfrutar de una película, y puede ser también un remedio para quien no esté teniendo un buen día. Una de esas películas que, como suele decirse, te reconcilian un poco con el ser humano. Es sencilla, agradable y amable, muy fácil de ver. Y divertida: es muy fácil reírse con ella.

Y es también un juego de géneros muy equilibrado, porque todo lo anterior nos lleva directamente hasta la comedia, aunque sea una comedia ligera, pero ‘Green Book’ nunca olvida su gran trasfondo. Nunca olvida que esta película no existiría si sus protagonistas no hubieran tenido que enfrentarse al condenado racismo, pero éste es presentado de manera diferente a como estamos acostumbrados. Diría desde el humor, porque así lo siento en cierto modo, pero creo que prefiero concluir que simplemente lo presenta desde una óptica diferente. Y en ocasiones, querer alejarse del drama más puro ofrece al cineasta un vehículo más rápido de conexión con el espectador a la hora de transmitir un sentimiento o una idea.

‘Green Book’ cumple con esto, y su mensaje queda muy claro, como queda clara la lucha que hay detrás. Así que con esta película te reirás, lo pasarás muy bien, te encariñarás con sus personajes que son personas (está basado en una historia real, recordemos), pero también habrá momentos en que te hundas un poco en el asiento.

Y buena parte de culpa de todo esto la tienen sus protagonistas. Viggo Mortensen y Mahershala Ali están, cada uno a su manera y cada uno en su papel, fantásticos. Me han sorprendido los dos. Menos acostumbrada a Mahershala de lo que estoy a Mortensen, sería comprensible que su figura se llevara la mayor parte de mis felicitaciones, pero Viggo está tan sobresaliente que tengo que repartirlas. Ellos son, sin querer desmerecer ningún otro elemento de ‘Green Book’, la pieza clave de la película.

¿Voy a verla?

Por supuesto. Es una de las películas del momento. Un viaje entretenido, emocionante, divertido e interesante de recorrer, con dos intérpretes en estado de gracia que te robarán muchas carcajadas y buena parte del corazón. ‘Green Book’ opta a todo, y de manera merecida.

Se estrena este viernes 1 de febrero.

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