‘Suspiria’, de Luca Guadagnino, es demasiado

Si hay algo que nos ha demostrado Luca Guadagnino es que no sabe ni quiere encasillarse. El director, que hace un año nos estaba conquistando con ‘Call Me By Your Name’, ha recuperado ahora ‘Suspiria’, el clásico de Dario Argento, y nos ha traído un reboot que está generando todo tipo de críticas. Mientras unos la ensalzan, otros sólo tienen calificativos negativos para ella; no ha dejado a nadie indiferente.

Este remake de ‘Suspiria’ llega a nuestros cines este miércoles 5 de diciembre y lo hace rodeado de una expectación que sólo puede acompañar a la reinvención de una cinta tan importante para la historia del cine. Pero, a veces, la expectación y las expectativas, que suelen ir en paralelo, pueden jugar una mala pasada al espectador y al propio largometraje.

‘Suspiria’ nos vuelve a llevar al Berlín dividido en dos mundos diferentes, a esa escuela de danza en la que las brujas lo dominan todo, a ese mundo surrealista en el que todo detalle está cuidado, y ese es su mayor acierto. Pero Luca Guadagnino ha querido elevar tanto este homenaje a Argento y a una película que le ha marcado siempre que ha sobrepasado la línea.

Si tuviera que definir el largometraje con una palabra, sin duda, utilizaría ‘demasiado’. Prácticamente desde el inicio, tengo la sensación de estar viendo una pieza demasiado pretenciosa, demasiado exquisita, demasiado rebuscada en algunos sentidos, demasiado intensa. Y, cuando termina, entiendo que ha sido demasiado explícita en la trama, demasiado larga y demasiado densa para el espectador general.

El terror del que nos hablan y que muchos recordarán del clásico desaparece en las primeras escenas, cuando Luca Guadagnino decide revelarnos toda la trama en el comienzo de la película. Esa tensión, ese misterio, esa angustia que nos acompañaban en el viaje que suponía ‘Suspiria’ quedan completamente anuladas y sustituidas por un psicoanálisis que en algunos momentos puede resultar demasiado abrumador.

La de Guadagnino no es una mala película, no es esa la conclusión que saco tras días de reflexión, pero sí es una cinta destinada tan solo a una parte del público. Estamos ante uno de esos largometrajes que no entienden de medias tintas: o lo amas o lo odias. Pero la fotografía, la realización y, por encima de todo, las interpretaciones, especialmente la(s) de Tilda Swinton, son merecedoras de un gran aplauso.

¿Voy a verla al cine?

En esta ocasión, me cuesta responder a esta pregunta. Si te consideras amante acérrimo del cine y sigues teniendo presente el clásico de Argento, dale una oportunidad. Pero si sueles moverte más entre blockbusters o buscas verdadero terror, puede que la ‘Suspiria’ de Guadagnino no te convenza y, de hecho, termine decepcionándote.

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