Crítica de ‘Patrick Melrose’: un gran trauma y un gran recital en una gran serie

‘Patrick Melrose’ apuntaba desde el principio a ser una de las series del año; dentro de esa más o menos reciente categoría de mini-serie (al menos, reciente en cuanto a auge). Basada en la serie de cinco libros publicada por Edward St Aubyn a lo largo de casi veinte años y dirigida por Edward Berger, ‘Patrick Melrose’ comenzó a desarrollarse sin hacer demasiado ruido.

El hecho de que Benedict Cumberbatch fuera el principal protagonista de un reparto que lo completan otros grandes nombres como Jennifer Jason Leigh o Hugo Weaving fue el escopetazo de salida para su popularidad. Benedict es una apuesta segura, y ha demostrado saber moverse bien en estas mini-series que tantas alegrías le han dado.

El intérprete británico vuelve a estar nominado en los Premios Emmys, en la categoría de mejor actor dentro de este formato. La misma ficción cuenta con varias nominaciones: además de Cumberbatch, mejor ficción, mejor dirección y mejor guión. Puede concluirse fácilmente que es un buen producto.

El trauma

‘Patrick Melrose’ es un recorrido por la vida del protagonista, del mismo nombre que el título. Siempre tomando como punto de partida de muchas cosas un trágico verano que vivió en Francia en los años sesenta, repasamos acontecimientos sin poder quitarnos de la cabeza el traume que arrastra Patrick consigo.

Patrick, sumido en las adicciones y con una vida fuera de control. Patrick, renunciando a la sociedad de clase alta en la que le criaron sus padres. Patrick, tomando un camino sin direcciones concretas con la única intención de alejarse de fantasmas, también de sí mismo.

Un profundo trauma del que no puede librarse planea continuamente sobre sus acciones, y aunque no resulta difícil para el espectador adivinar de qué se trata, uno prefiere deleitarse con la exposición de los hechos y dejar para otro momento la investigación en profundidad.

El recital

Benedict encarna a la perfección todas las fases por las que atraviesa el personaje, y nos balanceamos a su lado entre estados de congoja y la carcajada más natural en los momentos de diversión, que también los hay en este drama. El magnetismo del actor es incontestable, y ‘Patrick Melrose’ es un nuevo recital por su parte. En los momentos álgidos, como siempre, se crece. Benedict es capaz de transmitir una fuerza emocional que justifica por sí sola la producción de esta ficción.

‘Patrick Melrose’ es tremendamente emocional, en el buen sentido de la palabra. Además, guarda un equilibrio delicioso entre entretenimiento e interés, conceptos que en muchas ocasiones se separan. De ‘Patrick Melrose’ uno puede disfrutar porque es una producción muy entretenida para ver cualquier tarde de domingo, y además querrás seguir devorando episodios porque lo que estás viendo es interesante. La vida de Patrick, ese descontrol, ese caos y ese trauma que lo condiciona todo, interesa.

Veredicto

‘Patrick Melrose’ es, como el propio Benedict Cumberbatch, una apuesta segura. Si quieres disfrutar de una buena serie de ficción con tintes tremendamente realistas, no puedes dejarla pasar. Es una ficción bien desarrollada, con sentido, con acontecimientos perfectamente cohesionados y críticas hacia comportamientos, sociedades y personas que lo merecen. Se estrena el próximo 18 de septiembre en Sky España.

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