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¿Por qué ‘Bodyguard’ ha triunfado en todo el planeta? Analizamos el éxito de la serie de BBC

Todo el planeta habla de ‘Bodyguard’, la serie de BBC protagonizada por Richard Madden, y ahora entenderás por qué.

por Redacción

Todo fenómeno tiene su explicación, y ‘Bodyguard’ no iba a ser menos. La mini-serie de la BBC arrasó, literalmente, en Reino Unido y ahora, adquirida por Netflix, está haciendo lo propio en el resto del planeta. Estamos hablando de un thriller político, en el que un guardaespaldas (Richard Madden) y la Ministra de Interior (Keeley Hawkes) son los grandes protagonistas, así como también lo es el terrorismo.

A priori, la trama no sorprende demasiado; a estas alturas ya estamos acostumbrados a ver reflejado este tema en la televisión, especialmente en estos últimos años. Por eso, quienes aún no se han atrevido con la serie no terminan de entender las estratosféricas cifras de audiencia de la misma. Recordemos que su último episodio contó con una media de 10,4 millones de espectadores y un 47,9% de cuota de pantalla.

Para ponernos en contexto, ‘Fariña’, una de las series de la temporada en nuestro país, alcanzó los 2 millones de espectadores en su último capítulo, con un 13,3% de cuota de pantalla. Unas cifras que nos dejan más que claro que ‘Bodyguard’ atrapó ya desde su emisión en BBC a gran parte de los espectadores de Reino Unido y que, además, anticipaban el fenómeno mundial que ya ha surgido.

'Bodyguard' - Richard Madden

Ahora que ya nos ha quedado claro que la serie atrapa, gusta y engancha, es el momento de analizar qué es lo que tiene ‘Bodugyard’ para que esto sea así. Cómo una ficción con una trama aparentemente común, ya conocida, es capaz de alcanzar cifras estratosféricas como estas y hacerse con un público muy amplio.

El punto de vista

Sólo nos hacen falta unos 15 minutos del primer capítulo para comprender que la serie tiene un enfoque diferente. Estamos acostumbrados a que sea el político de turno amenazado por los terroristas el eje de todo, el protagonista, el que nos narra la historia desde su punto de vista. E incluso nos hemos visto también en el lado del propio terrorista. Pero en esta ocasión es el guardaespaldas, esa figura que sólo observa y a la que prácticamente todo el mundo obvia, el que nos lleva de la mano.

Pero el enfoque no sólo cambia en esto, sino también en la forma en la que se trata el terrorismo. Cómo ‘Bodyguard’ se sale de los clichés y rompe con los prejuicios que han sido instalados en nuestra mente. No aleja el terrorismo y lo relaciona únicamente con el fanatismo religioso, sino que introduce también el importante papel de la política y, con pequeñas pinceladas, el contexto en el que surge el actual movimiento yihadista.

De esta manera, una trama que podía parecer ya conocida, incluso demasiado explotada, se convierte en algo completamente nuevo, en algo capaz de abrirnos los ojos y de no dejarnos indiferentes en ningún momento.

Calidad a raudales

Otro de los aspectos que ha hecho, sin duda, que ‘Bodyguard’ sea alabada en todo el planeta es la enorme calidad con la que está producida la serie. No es algo que sorprenda tratándose de la BBC, pero sí algo que agradecemos enormemente. Y es que estamos ante una de esas ficciones que da gusto ver, por la fotografía, por los planos, por el ritmo, por la manera en la que se narra la historia.

De nuevo, la ficción televisiva de Reino Unido ha demostrado estar por encima de grandes producciones que llegan desde Hollywood, y todo sin haber hecho demasiado ruido. Recordemos que hasta hace poco más de un mes, prácticamente nadie sabía qué era ‘Bodyguard’.

Interpretaciones sublimes, que no se comen a la historia

No podemos dejar de lado las brillantes interpretaciones de las que disfrutamos en la serie de BBC, especialmente la de Richard Madden. Para quienes habían visto al actor más allá de su papel de Robb Stark en ‘Juego de Tronos’, especialmente en teatro o en producciones como ‘Los Medici’, no ha sido ninguna sorpresa el magnetismo que desprende y el torrente de emociones que puede provocar en el espectador.

Contemplarle en esas escenas en las que prácticamente no hay diálogo, mirarle fijamente a los ojos, a esos ojos que tanto transmiten y tanto comunican, es un verdadero placer para los sentidos. Como también lo es disfrutar de él en las escenas de acción, en las conversaciones más tensas de la serie e incluso en los segundos planos. Y es que Richard Madden está más que correcto en ‘Bodyguard’, tanto que podría dar la sorpresa en los próximos certámenes de premios.

Una de las mayores virtudes de estas interpretaciones de las que hablamos es que en ningún momento pisan la historia, no la sobrepasan, no se convierten en lo más importante de la serie. Se quedan en ese segundo estadio que nos permite disfrutar, pero sin alejar nuestra atención de lo verdaderamente importante.

Un protagonista no tan típico

A priori, igual que ocurría con la trama, el protagonista de ‘Bodyguard’, David Budd, puede parecer un personaje demasiado repetido. Es decir, puede dar la sensación de quedarse en el tópico de héroe de guerra atormentado. Sin embargo, en seguida comprendemos que va mucho más allá. Efectivamente, estamos ante un hombre atormentado, con una oscuridad enorme en su interior generada a partir de lo que vivió en la guerra, pero también un hombre con muchas más capas.

David Budd muestra debilidad y fragilidad en muchas ocasiones, así como una frialdad que nos hace sospechar de él. Y demuestra amor puro, pasión, tensión sexual, miedo, locura, valentía y cobardía… En definitiva, estamos ante una persona y no ante un prototipo o un cliché, lo cual permite que el público conecte de una manera especial con él, quedando aún más atrapado en la red de la serie.

Su verdad

Muchas veces lo que nos falla de las series es la incapacidad de vernos reflejados en ellas y de creer lo que observamos en la pantalla. Esto no ocurre con ‘Bodyguard’. En todo momento, creemos lo que estamos viendo, comprendemos que no es tan lejano como nos gustaría que fuera, entendemos los dilemas de los personajes y las situaciones que se nos presentan.

Y, más allá de esto, encontramos verdad en todas y cada una de las tramas y en todos y cada uno de los personajes. Vemos la realidad reflejada en la pantalla y eso hace que la historia nos llegue más, conecte mejor con nosotros y nos atrape como lo ha hecho.

Veredicto final

Con todo esto, queda evidenciado que ‘Bodyguard’ es un fenómeno cuyo éxito es más que merecido. Estamos hablando de una serie que ha sido capaz de combinar la tensión de un thriller con la profundidad de un drama y de un drama social, así como con otros ingredientes como puede ser, sin ir más lejos, el erotismo. Y lo ha combinado todo equilibrando a la perfección la balanza, tanto en la trama como en la interpretación, pasando por aspectos más técnicos.

Seis capítulos en los que el ritmo no decae en ningún momento, en los que nos es imposible separarnos de la pantalla y en los que llegamos incluso a ser el propio David Budd.

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