‘El Señor de los Anillos’ contiene una referencia a los atentados del 11-S que no conocíais

Hay películas que nunca pasan de moda. Largometrajes que no nos cansamos de ver año tras año, incluso hasta cuando nos sabemos de memoria sus diálogos. Y si hay una cinta, o mejor dicho una trilogía, que encaja a la perfección con esto esa es ‘El Señor de los Anillos’. ¿Cuántas veces la has visto ya?

Lo mejor de esta saga es que sigue regalándonos detalles que desconocíamos y desvelándonos algunos que, aunque los hemos tenido delante en miles de ocasiones, siempre los hemos pasado por alto. Eso es exactamente lo que ha hecho recientemente Sean Astin, actor que dio vida al mítico Samsagaz Gamyi.

El estadounidense ha querido comentar en una entrevista con Yahoo ese genial discurso que su personaje le da a Frodo Bolsón al final de ‘El Señor de los Anillos: Las Dos Torres’, un monólogo que marcó un antes y un después en la historia y también en los espectadores, quedando grabado a fuego en nuestra memoria.

Pues bien, al parecer, según ha afirmado Sean Astin, esta escena no iba a aparecer en un principio en la película y, de hecho, ni siquiera estaba en el guión. Pero finalmente los guionistas, revisando la novela, decidieron incluirlo por la fuerza que desprendía el mismo, incluso desde las páginas del libro.

Pero esto no es lo que más nos ha sorprendido. El actor ha asegurado que este monólogo, en el que se habla del bien y del mal y se manda un mensaje esperanzador de luz, es nada más y nada menos que una referencia a los atentados del 11-S, un homenaje a las víctimas y un empujón a todos aquellos que sintieran miedo e incertidumbre tras lo ocurrido.

De hecho, si leemos o escuchamos el discurso, en el que encontramos frases como «pero al final, las sombras sólo son transitorias, aún la oscuridad debe terminar. Vendrá un nuevo día, cuando el sol brille iluminará hasta la claridad» o «el bien aún existe, lo sé, mi señor Frodo, y tenemos que defenderlo», encontraremos el paralelismo sin ningún problema. Y, sin embargo, lo hemos obviado toda la vida. Curioso, ¿verdad?