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‘First Dates’ vive la cita menos escrupulosa de la historia: «Me puedo comer un moco tuyo»

El programa ‘First Dates’ nos regala diariamente momentos que siempre quedarán en nuestro recuerdo pero lo vivido entre Álex y Santana ha ido mucho más allá. Se han convertido en la pareja menos escrupulosa de la historia. ¡Te lo contamos!

por Mr. Happy
‘First Dates’ vive la cita menos escrupulosa de la historia: «Me puedo comer un moco tuyo»
‘First Dates’ vive la cita menos escrupulosa de la historia: «Me puedo comer un moco tuyo»

Dicen que el amor todo lo puede, y eso es exactamente lo que podemos apreciar cada día en el mítico programa de Cuatro llamado ‘First Dates’. En cada programa podemos ver a unas cuantas parejas de desconocidos que tratan, a través de una primera cita a ciegas, de encontrar el amor.

Algunos lo consiguen y otros no, pero lo que está claro es que nos regalan momentos que quedarán por siempre en nuestra memoria. Uno de esos instantes que siempre recordaremos será el que protagonizaron Álex y Santana durante esa primera cita a ciegas en ‘First Dates’.

Tal ha sido su involucración en el desarrollo del programa que han dejado completamente perplejos a todos los espectadores. La pareja es ya considerada, sin ninguna duda, como la menos escrupulosa que ha pasado por el restaurante de ‘First Dates’. Tanto es así, que él aseguraba lo siguiente: ‘Soy cero escrupuloso, me puedo comer un moco tuyo ahora mismo’.

¡Así reaccionaron las redes ante ese comentario! Y todo comenzó cuando ella, mientras masticaba su comida, le preguntó a su cita si tenía restos en los dientes. Álex asintió y le dijo que sí pero que sin ningún problema él ayudaba a quitárselo. Acto seguido, en los totales, fue cuando hizo esa afirmación tan señalada.

Lo que está claro es que según íbamos viendo el desarrollo de la cita entre Álex y Santana, más nos íbamos dando cuenta de lo sumamente parecidos que eran. ¡Tal para cual! Definitivamente, surgió el amor entre ellos durante esa maravillosa cena en el programa.

Al finalizar la cita, se le preguntó a ambos la famosa cuestión: ‘¿Tendríais una segunda cita?’. Los dos, sin duda, asintieron. ¡Es más! Aseguraron que no tendrían una segunda, sino una tercera, una cuarta y las que hicieran falta. ¡Qué viva el amor!

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