India Martínez y el angustioso momento vivido en ‘Planeta Calleja’ desvelan la verdad del programa

India Martínez está considerada a día de hoy como una de las artistas más exitosas e influyentes de nuestro país. La andaluza ha sabido forjarse una carrera firme y admirable y, además, ha conquistado al público con su forma de ser y de trabajar. Algo que hemos visto reflejado en el último programa de ‘Planeta Calleja’.

El espacio conducido por Jesús Calleja regresó este mismo domingo 9 de abril y lo hizo con una aventura inigualable que llevó al leonés y a la propia India Martínez, acompañados del novio de esta última, hasta Katmandú y hasta el Everest. Una aventura en la que vivieron momentos verdaderamente angustiosos.

Las inclemencias meteorológicas dejaron a la expedición atrapada a medio camino. Por un lado, el enorme viento que había en la zona del campamento base hacía imposible que se dirigieran hasta allí. Por otro, la niebla que rodeaba la zona en la que se encontraban ellos, complicaba bastante el viaje en helicóptero.

El programa decidió apostar por el regreso a Katmandú en dos viajes, siendo India y Jesús los primeros que tomaron el helicóptero. Lo complicado llegó cuando el aparato que transportaba a la pareja de la cantante tuvo que regresar a su lugar de origen por el espesor de la niebla e India y su chico quedaron separados durante un tiempo.

Ahí vimos a la andaluz atravesar un momento complicado y enfrentarse a la situación con una madurez admirable. Fue en ese instante cuando India Martínez mantuvo una interesante conversación con el propio Jesús Calleja, en la que confesó que no creía que lo que vemos en ‘Planeta Calleja’ era tan real hasta que lo ha vivido. Ella pensaba que, como en la mayor parte de los programas de televisión, todo seguía un guión.

De esta manera, a través de un mal rato, India Martínez ha descubierto y nos ha descubierto toda la verdad de ‘Planeta Calleja’, la realidad de un programa en el que presentador, equipo e invitados se enfrentan a peligros y a aventuras 100% reales, valga la redundancia. Lejos de montajes, las situaciones extremas que vemos en pantalla ocurren tal y como se reflejan. Algo que el público agradece y aplaude. ¡Bravo!