Las Razones por las que Franco y Sarita son la Mejor Pareja de ‘Pasión de Gavilanes’

‘Pasión de Gavilanes’ es una novela que nos marcó a todos. En mayor o menor grado, supuso un antes y un después en la vida de todos y cada uno de nosotros. Las parejas formadas por las hermanas Elizondo y los hermanos Reyes nos han hecho suspirar en más de una ocasión y, sobre todo, nos han hecho sentir que el verdadero amor puede surgir cuando menos lo esperas, incluso cuando lo único que querías era vengarte de toda una familia.

Tanto Norma y Juan como Jimena y Óscar nos han hecho vivir momentos más que mágicos. ¡Eso está claro! Pero, sin duda alguna, la pareja estrella de ‘Pasión de Gavilanes’ es la formada por Franco Reyes y Sara Elizondo. ¡Así es! Nosotros te damos una serie de razones para que veas que esta afirmación es más que cierta.

1. Sara consiguió que Franco olvidara a Rosario

Franco Reyes, desde un inicio, estuvo realmente enamorado de Rosario Montes. ¡Suspiraba por ella! Pero las continuas decepciones y, sobre todo, la aparición de Sara Elizondo hicieron que el pequeño de los Reyes pudiera olvidar a esa chica tan tóxica para descubrir lo que era el amor de verdad. Se dio cuenta, tarde pero lo hizo, que la hija de Bernardo y Gabriela era todo lo que él buscaba y, por tanto, la cantante del Bar Alcalá quedó definitivamente en el pasado.

2. Sara se enamoró a primera vista de Franco

Franco Reyes, junto a sus hermanos Juan y Óscar, llegaron a la Hacienda de los Elizondo con sed de venganza por la muerte de su hermana pequeña Libia. En ese primer contacto con la familia, vieron a Jimena y a Sara. En ese preciso instante, fue la propia Sarita la que se fijó directamente en Franco. Él, por el contrario, intentó tener una relación con Jimena para poder llevar a cabo la venganza. Por esa misma razón, Sarita trató de olvidar el hecho de que el joven de ojos azules le había encantado.

3. Han vivido situaciones límite juntos

En nuestras mentes queda el momento en el que, tras la fiesta de inauguración de la nueva tienda de Leandro Santos, Franco Reyes es secuestrado por dos secuaces de su enemigo Armando Navarro. Sara Elizondo, por suerte, consiguió verlo todo y siguió el coche en el que llevaban a su amado. A pesar de la peligrosidad del asunto, Sara no dudó un solo segundo en entrar con una escopeta en el lugar donde habían dejado a Franco amarrado para poder salvar su vida. Al final de esa noche, se dieron su primer beso de manera oficial. ¡Qué bonito!

4. La peculiar forma con la que comenzaron su relación

Después de que Franco Reyes heredara toda la fortuna de Eduvina Trueba, los Elizondo decidieron levantar todo un vallado para separar sus tierras de las de los Reyes. Las continuas visitas de Sara y de Franco para supervisar esa orden hicieron que sus ojos no dejaran de cruzarse de manera continuada. Además, no debemos olvidar el ‘pique’ que tenían ambos en el bautizo del hijo de Juan y Norma, ya que tanto Franco como Sarita eran los padrinos del pequeño Juan David. Continuaron los encontronazos furtivos hasta que, en esas visitas al vallado ya levantado, ambos se quedaban varios minutos solos hablando de la vida y descubriendo todas las cosas que tenían en común. ¡Son un amor!

5. Son el uno para el otro

Por todos es conocido la ternura que tiene Franco Reyes y el carácter tan fuerte que tiene Sara Elizondo. Ambos se complementan. Franco buscaba una chica elegante, distinguida, con buen corazón y saber estar para pasar el resto de su vida con ella. Sara, por consiguiente, también imaginaba casarse con alguien apuesto, de buena posición, con prestigio y, sobre todo, que la amara por encima de cualquier cosa. Contra todo pronóstico, todas esas cualidades las encontró en Franco Reyes. Los dos supieron cuidarse mutuamente y descubrir realmente lo que es el amor verdadero.

Por estas y muchas más razones, Franco Reyes y Sarita Elizondo son, sin lugar a dudas, la mejor pareja de ‘Pasión de Gavilanes’. Han sabido afrontar todos y cada uno de los problemas que han vivido durante toda su relación que, por desgracia, no han sido pocos. ¡Nos encantan!