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La primera temporada de 'You', disponible en Netflix

¿Por qué ‘You’ es tan adictiva?

‘You’ acaba de aterrizar en Netflix y ya ha atrapado a espectadores de todo el planeta. Pero… ¿Por qué?

por Redacción
¿Por qué ‘You’ es tan adictiva?
¿Por qué ‘You’ es tan adictiva?

A priori, puede parecer una serie sencilla, sin nada especial, pero ‘You’ ya ha atrapado a millones de espectadores. Y es que, una vez comienzas a verla, es prácticamente imposible parar. Antes de darte cuenta, habrás llegado al desenlace de esta primera temporada y, aún así, continuarás queriendo más, y más, y más…

La historia de un joven gerente de una librería bohemia en Nueva York, que conoce a una joven estudiante de poesía y se obsesiona con ella hasta un punto enfermizo, no es que sea precisamente atractiva. Pero una vez te sumerges en ella, te das cuenta de que eres completamente adicto a esa obsesión, a la enfermedad de Joe y a los pasos que da para conquistar a Beck.

¿Por qué es tan adictiva ‘You’? No es fácil contestar a esta pregunta, desde luego, porque mientras la estás viendo no te lo planteas. Pero sólo hace falta pensar fríamente en el primer episodio para entenderlo. Una de las principales razones por las que la serie atrapa rápidamente es porque es muy fácil de ver, es sencillo, el espectador es llevado de la mano y a un ritmo cómodo, prácticamente sin que se dé cuenta.

El ritmo tiene un papel muy importante. No es una serie lenta, de las que muchos huyen en ocasiones, pero tampoco es tan rápida como para perder el hilo. Se podría decir que en ‘You’ han encontrado el tempo perfecto para mantenernos despiertos, sin abrumarnos. Y la narración en off, generalmente a cargo de Joe, también hace mucho.

Este es uno de los puntos más originales y, a su vez, más aplaudidos de la serie de Netflix. Los comentarios del protagonista, un psicópata con un sentido del humor que conecta fácilmente con el espectador, aportan algo de luz a la oscura historia, convirtiéndola, curiosamente, en un thriller muy diferente. Al espectador le gusta escucharle, le divierte, y a la vez le horroriza todo lo que hace. Ese contraste es magnético.

Por supuesto, la historia también es un pilar básico. Pese a que, en ocasiones, puede pecar de ser algo predecible, no molesta que lo sea. Es tan asombrosamente terrorífico lo que estamos viendo que adivinarlo tampoco nos enfada, dejando que lo vemos nos siga inquietando. Y, de esta manera, pasamos de un capítulo a otro casi sin ser conscientes.

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