El enfrentamiento más frío de ‘Supervivientes’ ha llegado por la comida

Si miramos al horizonte, ya podemos ver la meta, ya podemos ver el final de esta edición de ‘Supervivientes’. La aventura cada vez está más cerca de terminar y eso sólo puede significar que el hambre cada vez es más difícil de ignorar y de combatir. Los últimos compases de concurso pueden ser los más difíciles.

De hecho, hemos llegado a un punto en el que los concursantes podrían hacer prácticamente cualquier cosa para disfrutar de una comida suculenta, incluso engañar a sus propios compañeros. Al final, esto es un programa de supervivencia y, además, una competición. Muchas veces es necesario ser egoísta.

Esto es lo que debieron pensar absolutamente todos en el último gran enfrentamiento que hemos presenciado en Honduras: la prueba de recompensa. En ella, cada concursante debía engañar o convencer a un compañero para que optara por una comida escasa o poco sabrosa, para así salir beneficiado.

Algunos de ellos, como Sofía, quien demostró tener mucho don de palabra y no dejarse engañar fácilmente, acabaron disfrutando de manjares como unos filetes de ternera, mientras que tan solo una de las concursantes tuvo que conformarse con tener el estómago vacío y ver a sus compañeros comiendo hasta llenarse.

Hablamos de Raquel Mosquera, quien terminó la prueba con un vaso de agua y media lima. Mientras los demás comían bocadillos de jamón, huevos fritos con chorizo o una rica pizza, ella tuvo que conformarse con ese mini premio de consolación. Eso sí, se tomó su derrota personal con mucha deportividad.

Quizá lo que más nos ha llamado la atención de esta prueba ha sido la frialdad con la que han actuado todos, engañando, convenciendo al resto, aún a sabiendas de que ellos se encontraban en la misma situación. Supervivencia pura y dura.