‘Los Extraños: Cacería nocturna’: Una exageración poco creíble que da miedo en el peor sentido

‘Los Extraños: Cacería nocturna’ se presenta ante nosotros como la nueva película que arrasará en lo que al género del terror se refiere. Este largometraje dirigido por Johannes Roberts, que se estrena este viernes 1 de junio en cines, nos narra la aterradora experiencia que vive una familia durante su estancia en un camping. Una historia basada en hechos reales.

Cindy y Mike, un matrimonio feliz que trata de construir una de esas familias que tradicionalmente se consideran como perfectas, deciden llevar a su hija Kinsey a un internado para corregir así su comportamiento inapropiado de los últimos meses. Los tres, junto al otro hijo del matrimonio, emprenden un viaje hacia el centro y deciden hacer noche en un camping propiedad de un familiar.

Hasta aquí todo normal. Sin embargo, esta familia ideal tiene la mala suerte de encontrarse con un grupo de asesinos sanguinarios que hará de su estancia en el camping una verdadera pesadilla. Un argumento bastante llamativo a simple vista, aunque sea recurrente, y que nos invita a pensar que pasaremos un rato de miedo en el cine.

Una sensación que veremos ratificada al salir de la sala, pero en el peor de los sentidos. Si bien es cierto que la primera mitad de la cinta mantiene en tensión al espectador y que el largometraje en general no está exento de sustos bastante potentes, llega un punto en el que prácticamente nadie cree lo que está viendo.

Este es un rasgo común a muchas películas de terror, pero que alcanza la hipérbole en la última media hora de ‘Los Extraños: Cacería nocturna’. El hecho de que precisamente sean los compases finales los que más flojean provoca que el espectador se lleve esa sensación del cine, que salga de allí sintiendo que ha visto una mala película.

¿Vas a asustarte? Por supuesto. ¿Vas a estar en tensión en algunos momentos? También. ¿Va a sorprenderte? Esto ya va siendo más complicado. Los tópicos están presentes de principio a fin y el hilo argumental es bastante predecible, otro punto en contra de la película, que es más floja de lo que podríamos esperar.

Los amantes del terror tendrán sus momentos de disfrute, pero también sufrirán al ver un intento fallido más de provocar el horror y la empatía en el público.