Una reflexión sobre Aitana, sus relaciones personales y las preguntas que no quiere responder

Entendemos que después de haber seguido la convivencia de los chicos de ‘Operación Triunfo’ durante más de tres meses, después de haber tenido la oportunidad de conocer cómo son y de ser testigos de las relaciones que se han formado entre ellos, el interés que despiertan sea algo más que un interés musical. Al fin y al cabo, también los hemos conocido personalmente, aunque sea a través de una pantalla. Nadie puede criticar que los espectadores terminen cogiendo cariño a algo más que sus voces, porque es lo más lógico. Pero va llegando el momento de saber cuándo parar.

Durante una de las últimas entrevistas concedidas por Ana Guerra y Aitana, a ‘La Mañana’, de TVE, la benjamina de la edición volvía a ser cuestionada por un asunto que, evidentemente, le pone nerviosa, no le hace demasiada gracia y, además, está cansada de responder: su relación con Cepeda.

¿Son amigos? ¿Son algo más? ¿Sigue Aitana con Vicente? ¿Qué significan los mensajes de Vicente en Instagram? ¿Qué significan los de Cepeda?

¿Se está alguien preocupando verdaderamente por Aitana?

De verguenza que Aitana tenga de dejar claro de nuevo que Cepeda es su amigo yo soy ella y me piro de ahí. #AitanaWarLM1 pic.twitter.com/jjiXLjFg0N

— Cris (@JLo_MLSB) 23 de febrero de 2018

Con tan solo 18 años, Aitana se está enfrentando a una situación que podría sobrepasar a cualquiera. Dentro de la Academia, ha conocido a una persona como Cepeda, en la que encontró cariño, confianza y apoyo. Una vez fuera, la decisión de ella parece una y parece clara: sigue con quien fue su pareja desde antes de entrar en ‘Operación Triunfo’.

El hecho de tener que aclarar esto de manera constante solo va a conseguir que Aitana -joven, inocente, risueña como pocos- quiera encerrarse cada vez más en sí misma y alejarse de quienes tienen la oportunidad de llevar su música y su personalidad a más gente.

Dejemos de preguntarle por algo por lo que evidentemente no quieren ser preguntada y que, además, no va a ofrecernos ninguna respuesta. Lo que pase con Aitana y con quien sea, se resolverá de forma privada. Solo cuando ella quiera compartirlo (¡si es que hay algo que compartir!) es cuando todos los demás podremos hacernos eco. Dejemos de poner a unos jóvenes artistas que se acaban de iniciar en esto en aprietos tan imposibles como el que precede a estas líneas. ¿Qué esperamos exactamente conseguir con eso?