Recta Final de Velvet: Los Mejores Momentos de Ana y Alberto

Velvet nos empieza a decir adiós. No queremos pensar en ello, ni queremos imaginar cómo será despedirnos definitivamente de una de nuestras series favoritas, pero es la realidad: ¡tenemos que empezar a hacernos a la idea de que está llegando a su final! Al menos, nos quedamos tranquilos sabiendo que, seguro, será un final perfecto.

Porque una historia de amor tan maravillosa como la que hemos vivido al lado de Ana y Alberto sólo merece eso: un final a la altura de todo lo que ellos han sido y de todo lo que han significado para nosotros, ¡que es mucho! Y aunque nos duele decir adiós, se nos ha ocurrido una forma perfecta de hacerlo: recordando algunos de sus mejores momentos.

Por ejemplo, remontándonos a cuando tan solo eran dos niños que sabían, por encima de todo, que lo que sentían el uno por el otro era real, era auténtico, era de verdad y, además, era para siempre. Sus escapadas a la azotea, sus mensajes escondidos en aviones de papel que ya son míticos en esta historia, sus primeros pasos… ¡Nos han hecho vivir momentos preciosos!

Nuestra pareja pasó muchos años distanciados pero ni siquiera el tiempo fue capaz de borrar lo que el uno sintió por el otro, ¡al contrario! El recuerdo y la seguridad de que habían descubierto a esa persona que permanecería a su lado toda la vida ya siendo niños consiguió que el paso de los años no fuera nada al lado de todo lo que seguían sintiendo. Por eso, sus primeros encuentros, su primera vez, es otro de esos momentos que recordaremos siempre.

Otro de los momentos que siempre recordaremos como especial fue esa romántica pedida de manos a la luz de las velas, cuando todo parecía ser perfecto entre ellos, cuando nada indicaba que el mundo entero acabaría interponiéndose en su historia. No consiguieron cumplir su sueño pero este instante estará siempre en nuestros corazones, ¡fue precioso! Quiero pasar cada segundo de mi vida contigo…

Puede que su amor acabara convirtiéndose en prohibido para el resto del mundo, pero ellos lo tuvieron siempre claro: incluso aunque tuvieran que esconderse, incluso aunque vivieran el resto de su vida en las sombras, no podían separarse. Sus encuentros clandestinos se sucedieron y nosotros vivíamos en cada uno de ellos, ¡cómo olvidarlos!

En los últimos capítulos, nos hemos llevado más tristezas que alegrías, ¡tenemos que reconocerlo! Pero sabemos que todo irá mejor a partir de ahora, una vez que Ana sabe que Alberto está vivo y dispuesto a regresar a su lado para que todo esté como siempre ha tenido que estar: con ellos juntos, como un matrimonio feliz, como una familia feliz al lado de su hijo, ¡disfrutando del amor que siempre han compartido!

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