Crítica ‘Deadpool 2’: Más chimichangas, pero con menos sabor

La cuenta atrás ha terminado. Después de una espera que a algunos se les habrá antojado demasiado larga, este viernes 18 de mayo se estrena en España ‘Deadpool 2’, una nueva entrega de la historia del superhéroe más antihéroe de la historia. Ryan Reynolds vuelve a enfundarse su traje, pero en esta ocasión le acompañan otros interesantes personajes, como el villano Cable, interpretado por Josh Brolin.

Es mucha la expectación que se ha generado en torno al estreno, pero también son muchas las dudas y muchos los miedos. Es lo que tienen las segundas partes, que dan algo de vértigo. Es evidente que uno de los puntos fuertes de la primera película fue la sorpresa, el hecho de toparnos con un personaje diferente a todo lo que habíamos visto antes y que consiguió quitarnos el aliento desde la primera a la última escena, lo que puede suponer un problema.

En esta segunda parte, Deadpool ha perdido el factor sorpresa y eso, por desgracia, se nota. Es lógico que, después de lo que fue el primer largometraje, esperemos algo similar, pero te aconsejamos que no vayas al cine con esas expectativas. ¿Hay risas? Por supuesto. ¿Vuelve a sorprendernos en alguna ocasión? También. Pero hay algún que otro síntoma de fatiga.

Pese a que la historia probablemente esté mejor construida que la anterior y sea bastante más humana, ya conocemos a Wade, conocemos a Dopinder y a Coloso, sabemos qué tipo de humor tienen todos, somos conscientes de que la cuarta pared no existe en ‘Deadpool’, y eso es precisamente lo que quizá falla. Que el público tiene claro lo que va a haber y falta que la película estalle ante nosotros, como sí lo hizo la primera.

Sin embargo, ‘Deadpool 2’ volverá a hacernos reír y nos meterá muchísimo más en la trama. La introducción de los nuevos personajes se hace de manera bastante natural e inteligente y no resta peso a quienes ya estaban antes, algo que a veces puede ser complicado. Además, aunque seamos conscientes de lo que tenemos entre manos, la cinta también guarda alguna que otra sorpresa.

Que pierda un poco de fuelle con respecto a la primera entrega no significa que estemos ante una mala película o que no merezca la pena verla, ni mucho menos. De hecho, probablemente si no hubiéramos visto nada de Deadpool antes, la reacción ante el largometraje sería exactamente igual que la que vivimos en el pasado.

Ryan Reynolds ha sabido coger lo que más gustó del superhéroe y llevarlo a la hipérbole, como por ejemplo sus muchas referencias a otras películas y a otros personajes del mundo de Marvel, siendo esto último uno de los puntos fuertes de la película. Ahora te toca juzgar por ti mismo, así que ya sabes… ¡Tienes unas chimichangas esperándote en el cine!