La maldición de Amy Adams en los Oscar supera a Leonardo DiCaprio

No es la primera vez que hacemos nuestra una causa así y probablemente no sea la última, pero sí es una de las que más nos duele. Lo que sucede con Amy Adams cuando de la Academia de Cine se trata bien podría ser tachado de injusticia… aunque no vamos a llegar tan lejos, ¡no seremos nosotros quienes juzguen con tanta rotundidad! Nos limitaremos a expresar nuestro lógico disgusto, nuestra profunda tristeza, al ver que Amy ha vuelto a ser ignorada. Un año más. Quizá el peor de todos.

Y es que ni siquiera se encuentra dentro de la lista de nominados que optan este año a una estatuilla; para más inri, lo estuvo durante unos minutos, pues en la página oficial de la Academia su nombre apareció como candidata justo después de revelarse unas nominaciones que no la nombraron, sin embargo, en el directo que se realizó. Solo fue un error, aunque nos hubiera gustado que fuera una realidad.

Ahora que Leonardo DiCaprio no nos necesita -¡por fin se ha hecho justicia con él!-, nuestros esfuerzos están concentrados en Amy. La actriz, de 42 años de edad y una filmografía para quitarse el sombrero, ha sido nominada un total de cinco veces en los premios más importantes del mundo del cine. Pero nunca se ha llevado el galardón a casa.

No entraremos a valorar si en ciertos años lo merecía más que quien finalmente se proclamó como vencedora, pero sí podemos decir con total seguridad que Amy se merece este reconocimiento. Incluso aunque a la hora de la verdad no tenga ningún valor, pues no la hace mejor o peor actriz llevarse uno de esas estatuas en miniatura a casa, ¡lo queremos para ella!

Y este año es del todo imposible. Como os decimos, ni siquiera está nominada. Aunque su papel en Animales Nocturnos bien podría haberle bastado para obtener esta nominación, es en La Llegada donde realmente está brillante, mayúscula, una Amy Adams en su máximo esplendor que nos hace emocionarnos, vibrar y vivir la cinta como nadie más hubiera conseguido que lo hiciéramos.

El mundo hablaba hasta hace un año de Leonardo DiCaprio como el gran olvidado de los Oscar porque, después de tantos años de buen cine, se merecía subir esas escaleras y disfrutar de su momento. Y era cierto: lo merecía. Y lo vivió. Y lo aplaudimos. Ya solo esperamos que Amy pueda vivirlo algún día. Nuestra fuerza está con ella.