‘Emily en París’: el final de la temporada 2, explicado

Bonjour! ‘Emily en París’ ha regresado a la plataforma de Netflix y lo ha hecho de la mano de su ansiada segunda temporada. Y es que, después de más de un año de espera para poder disfrutar de los nuevos episodios de la ficción, la nueva trama ha dejado a todos sin palabras. Una nueva entrega donde el público ha sido testigo de numerosos plot twist, descubrimientos, nuevos personajes, traiciones y, sobre todo, de mucho amor.

Eso sí, si todavía no has visto la segunda temporada de ‘Emily en París’ abstente de continuar la lectura porque abordaremos todo lo ocurrido en esta nueva entrega, hasta el más mínimo detalle. ¡ALERTA SPOILERS! En esta nueva parte de la ficción de Netflix el público ha podido ser testigo de cómo Emily comienza con la intención de alejarse por completo, al menos en el terreno sentimental, del chef Gabriel.

Sin embargo, será un distanciamiento en vano, ya que los sentimientos que ambos sienten por el otro son evidentes. Emily quiere alejarse a pesar de todo, principalmente por Camille y porque no le ve futuro a la relación. Pero, el chef no está dispuesto a darse por vencido, al menos al principio. Y es que, si la vida de la protagonista ya es de lo más intensa, a ello se le suma la llegada de un empresario británico que pondrá su corazón del revés. Emily y Alfie pasarán de ser simples compañeros de clase, a algo más.

 

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Asimismo, a medida que nos acercamos al final de la segunda temporada la serie plantea otra problemática, las diferencias entre la cultura de trabajo francesa y la norteamericana. La jefa norteamericana de Emily, Madeline, realiza su aparición inesperada en la capital francesa con el objetivo de sanear las cuentas de la compañía y deshacerse de aquellos que no le convienen, entre ellos, Sylvie. Sin embargo, la empresaria francesa demuestra una vez más el por qué Savoir lleva tantos años liberando el mercado y realiza una jugada maestra a Madeline.

El diseñador Pierre Cadault anuncia que dejará de trabajar para Savoir, todo ello junto a la dimisión del resto de la oficina, incluidos Julien y Luc. Una noticia que deja a Emily completamente destrozada, y es que, sus compañeros de trabajo ni siquiera la habían avisado. ¿Qué hará ahora? Pero, que no cunda el pánico. Sus compañeros posteriormente se ponen en contacto con ella para explicarle mejor lo sucedido.

Al parecer, el plan de Sylvie es fundar su propia agencia de marketing con el dinero que ha conseguido al vender la mitad del negocio que compartía con su marido, y quiere que Emily forme parte del equipo. Un plan que proyecta en nuestra protagonista un nuevo dilema. La joven ahora se encuentra debatiéndose entre elegir ser fiel a la empresa norteamericana en la que había planeado labrarse una carrera desde Chicago y, con ello, ascender, o decidir quedarse en París y comenzar de cero.

Aunque a priori puede parecer una decisión difícil, solamente hay algo que la hace decantarse definitivamente, o más bien, alguien. Por ello, acude a visitar a Gabriel para confesarle lo que siente y que está decidida a realizar una nueva vida en París, pero no todo sale como esperaba. Al llegar a su apartamento se encuentra con la presencia de Camille, quien regresa a vivir con el chef a petición de él. Camille y Gabriel han decidido darse una nueva oportunidad, algo que Emily no vio venir y la deja completamente destrozada.

Pero, no es la única. El nuevo cambio de opinión también deja en shock al propio Gabriel, quien con su expresión refleja su desconcierto. ¿Decidirá Emily tener una relación a distancia con Alfie y olvidarse de Gabriel? ¿Qué hará con su trabajo? Y es que esas son las incógnitas con la que acaba la segunda temporada de ‘Emily en París’.

Aún muy tocada por su encuentro con Gabriel, coge el teléfono y llama a Sylvie. Le dice que ya ha tomado su decisión. Pero antes de que pueda decirla, la pantalla se va a negro y el último episodio llega a su fin. El desenlace de una temporada donde la ficción ha vuelto a dejar a todos con la miel en los labios y la misma pregunta, ¿y ahora qué?. Pues, de momento, no queda de otra que resistir la tentación y esperar hasta la tercera temporada, en el caso de que Netflix de luz verde a su grabación. Pero, lo que está claro es que, de haber una tercera entrega, se avecinan muchas curvas en la vida profesional y sentimental de Emily Cooper.