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Análisis del séptimo episodio de la novena temporada de 'The Walking Dead'

‘The Walking Dead’ 9×07: ninguna muerte, muchos susurradores y un camino hacia el futuro

Analizamos el séptimo episodio de la novena temporada de ‘The Walking Dead’, que ha bajado de intensidad.

‘The Walking Dead’ 9×07: ninguna muerte, muchos susurradores y un camino hacia el futuro
‘The Walking Dead’ 9×07: ninguna muerte, muchos susurradores y un camino hacia el futuro

Este séptimo episodio de ‘The Walking Dead‘ ha sido una especie de episodio de transición al futuro, pero tampoco vamos a quejarnos. En esta temporada, estamos avanzando con un ritmo semejante al de las primeras entregas y alejándonos de los capítulos tediosos que habíamos tenido en las inmediatamente anteriores.

Sin muertes

En este 9×07, sin embargo, no hemos tenido grandes acontecimientos. En primer lugar, esa muerte de un personaje principal que tanto se ha comentado durante la semana no se ha hablado. Muchas voces señalaban a Rosita como la siguiente en caer, acosada como estaba por un par de hordas de zombies. Pero Rosita está sana y está a salvo, y parece que no hay que lamentar mordeduras de ningún tipo. Al menos, no de momento. De ser así, lo mantiene oculto.

Los susurradores

Quienes empiezan a liberarse son los susurradores. Mientras Rosita huye de éstos, los escuchamos de fondo como un conjunto de voces constantes que no llegan a atemorizar (¿quién sigue teniendo miedo de los zombies?), pero que pueden resultar inquietantes. Los susurradores son muchos, y pueden dar problemas. En un adelanto del próximo episodio, es Eugene quien les cuenta a Daryl, Aaron y Jesus lo que ha visto. Él lo define bien: se estaban susurrando los unos a los otros. Esto nos gusta, pues va a dar juego.

Un camino hacia el futuro

Por otro lado, la parte más humana de ‘The Walking Dead’ avanza también hacia el futuro. Hay quien sigue empeñado en la celebración de la Feria, y hay quien sigue anclado en el pasado. Daryl se establece en un punto intermedio entre un estado y otro, pues no ha dejado de buscar el cuerpo de Rick Grimes, pero al mismo tiempo vuelve a unirse a su gente, siempre de la mano de Carol (que le ha cortado el pelo, bendita sea).

Sabemos también más cosas de Maggie, aunque siguen siendo insuficientes teniendo en cuenta el peso que siempre ha tenido el personaje en ‘The Walking Dead’. Lauren Cohan, la actriz que le da vida, ha abandonado la serie de manera temporal y eso significa que su personaje tiene que tener una excusa para desaparecer. ¿Qué ha pasado con ella? Lo que imaginábamos: se ha marchado con Georgie.

En su lugar, Jesus se ha quedado rigiendo Hilltop, aunque no parece contento con ello. Las labores de líder entre cuatro paredes no van por él, quizá por eso se escapa cada cierto tiempo a encontrarse con Aaron, a quien está entrenando (de esta pareja esperamos más noticias en un futuro, y esperamos también que no nos quiten eso).

Las comunidades siguen separadas, pero muchos parecen dispuestas a volver a unirlas. Michonne, que no ha superado ni de lejos lo sucedido, ni siquiera quiere volver a Hilltop hasta que no descubre que Maggie ya no se encuentra allí. Michonne quiere estar en casa, con sus hijos. Por una promesa a Judith, accede a acompañar a los extranjeros, los nuevos e interesantes personajes, hasta la comunidad vecina y amiga.

El recorrido, como sabéis, ha estado lleno de obstáculos, pero también nos hemos encontrado por el camino un Stradivarius, que, como se ha encargado de recordaros el personaje de Dan Fogler, es un elemento que nos hace muy humanos. El arte. No hay que perder esto, y ‘The Walking Dead’ nos lo recuerda de vez en cuando con estos acertados detalles.

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