Timothée Chalamet, el favorito de todo el mundo

A estas alturas, no hay muchas dudas acerca de quién se llevará el Oscar a Mejor Actor Protagonista. La interpretación de Gary Oldman en ‘El instante más oscuro’, película en la que se transforma literalmente en Winston Churchill, le ha llevado a lo más alto y prácticamente no existe posibilidad de que otro de sus compañeros dé la sorpresa y le arrebate la estatuilla. Sin embargo, hay uno que ya ha ganado.

Timothée Chalamet no sólo se ha convertido en el gran descubrimiento del año, deslumbrándonos con interpretaciones merecedoras de todos los piropos y las buenas críticas que ha recibido, sino que ha logrado romper la pared que muchas veces separa a los artistas de su público, ha logrado contactar con él y hacerlo suyo.

De hecho, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que el joven estadounidense es el favorito de todo el planeta. Si bien es cierto que hay quien prefiere que la estatuilla se la lleven Gary Oldman o Daniel Day-Lewis, así como otros que apuestan más por Daniel Kaluuya o Denzel Washington, a nadie le importaría que se llevara el Oscar Timothée Chalamet.

Su manera de acercarse a los personajes, de meterse en su piel y de entender la interpretación nos ha hecho conectar de lleno con él, sentir exactamente lo que quiere que sintamos y captar de lleno el mensaje que se esconde detrás de las historias de sus películas. Pero eso no es todo, Timothée nos ha llegado también en el ámbito personal.

Pese a su corta edad -recordemos que tan solo tiene 22 años-, el protagonista de ‘Call Me By Your Name’ ha demostrado poder presumir de una madurez que no muchos ostentan, especialmente en un ámbito que puede llegar a ser tan superficial como el mundo de la fama en el que ya se mueve.

Con su cercanía, su forma de entender el mundo, su capacidad para rectificar cuando comete un error y esa personalidad tan única que tiene, nos ha conquistado a todos. Si a eso le sumamos la enorme sensibilidad que demuestra a la hora de actuar, combinada con la potencia de sus escenas, en las que su trabajo con la mirada nos lo dice todo, tenemos al actor que todo el mundo quiere.

Puede que no se lleve el Oscar, de hecho es lo más probable, pero nadie se disgustaría si fuera así. Y es que es un placer ver a Timothée Chalamet en una pantalla, ya sea interpretando a un joven genio que descubre el amor y se descubre a sí mismo, dando vida a un adolescente cuanto menos peculiar o siendo él mismo.