Crítica (sin spoilers) de 'Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald'
‘Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald’ es un buen hechizo mal ejecutado
Este viernes 16 de noviembre se estrena ‘Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald’, la esperada segunda entrega de la saga que puede no gustar a muchos.
Volver a Hogwarts siempre es volver a casa, y, además, en ‘Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald’ lo hacemos. Pero muchas veces, aunque tengamos la receta clara, nos equivocamos en las elaboraciones y el resultado final no es el deseado. Y eso es precisamente lo que ha ocurrido con esta segunda entrega de la saga, que llega a nuestros cines este viernes 16 de noviembre.
J.K. Rowling ya dio el paso más importante en 2016, cuando logró recuperar el universo mágico que ella misma había creado y conectar al público con una nueva historia, la de Newt Scamander, sin necesidad de contar con los personajes que ya nos habían atrapado, como Harry Potter, Hermione Granger y demás. Sin embargo, a la hora de rematar la jugada con esta segunda película, la británica ha ejecutado mal el hechizo.
Parecía que ‘Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald’ iba a ser la confirmación de que esta saga también sería fenómeno mundial. Con la aparición definitiva del villano, uno de los que siempre ha llamado la atención dentro de este universo mágico, parecía claro que volveríamos a reconectar con esa tensión, ese miedo y esa excitación que siempre fueron protagonistas en las películas de Harry Potter. Pero todo queda a medias.
J.K. Rowling lo tenía absolutamente todo para conseguir que este film se hiciera con crítica y público: unos personajes que ya habían gustado, esas criaturas mágicas que nos enamoraron, un villano que tenía nuestra atención (pese a la mala elección del intérprete), el regreso de alguien tan querido como Albus Dumbledore, la vuelta a Hogwarts, nuevos escenarios… Y todo eso está, pero mal plasmado, mal equilibrado y mal conceptualizado.
Para empezar, Grindelwald se queda a medio gas, no inspira ese miedo que esperábamos y tampoco nos dan la oportunidad de verle prácticamente en acción ni de conocerle. De repente, ese mítico mago oscuro del que siempre habíamos oído hablar se presenta ante nosotros como un ser extraño, en el que no vemos esa gran maldad que siempre se había mencionado. Sigue habiendo interés, sí, pero también confusión en torno a esta figura.
Como también la hay por la falta de magia. Si bien es cierto que las batallas están concebidas perfectamente y son los puntos fuertes de la película, nos falta más magia, nos faltan hechizos, nos faltan esos detalles que siempre habíamos visto y que en el film quedan reducidos a dos o tres instantes. La acción en ‘Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald’ es inmejorable, pero hemos echado de menos la magia fuera de ella.
El gran acierto de la cinta, como se esperaba, es la inclusión de un joven Albus Dumbledore, exquisitamente interpretado por Jude Law, y el regreso (muy corto) a Hogwarts. Estos dos elementos nos hacen volver a sentir y a vibrar, nos hacen sentir de nuevo en casa. Y Newt, por supuesto, también vuelve a ser un acierto, pero en ocasiones llega a ser eclipsado por la vorágine de tramas y personajes que termina generando en el espectador una sensación de pesadumbre.
A veces, sentimos que se ha dado demasiada importancia a personajes y tramas que no terminan de cuadrarnos, sentimos que se pierde el foco de la historia central y que se pasa por encima de temas que verdaderamente nos interesan, como los crímenes del propio Grindelwald o la historia de Nagini, que es, por otro lado, uno de los puntos más aplaudidos de la película. Y, cuando menos lo esperamos, nos encontramos preguntándonos dónde están todos esos animales fantásticos que esperábamos. Los hay, pero escasean. Quizá el fallo esté en compararla con la primera entrega, pero es inevitable cuando comparten una parte del título.
Son los guiños a la saga de Harry Potter y algunos detalles concretos, véase Dumbledore, el París mágico, Nagini, el peculiar Nicholas Flamel o el tormento de Credence, los que si nos convencen de ‘Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald’, los que nos dejan claro que J.K. Rowling tenía la base, tenía la idea, tenía el hechizo, pero no ha sabido ejecutarlo a la perfección.
¿Voy a verla al cine?
Si amas Harry Potter, si has crecido con ese universo y quieres volver a sentir la magia, aunque sea mínimamente, ve al cine. Habrá momentos en los que disfrutarás mucho y otros en los que pensarás en ver la anterior saga, pero esos detalles pequeños de los que hemos hablado te merecerán la pena. Así como también lo harán las batallas, la acción y el final de la película, lo mejor de la misma sin duda. Eso sí, lo más importante es que vayas teniendo claro que esto que vas a ver aquí no es precisamente Harry Potter, que hay fallos y que no vas a ver la película perfecta, para así no salir decepcionado de la sala.
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